Kent Nagano, como Bychkov, como Eschenbach, es otra de las primeras figuras de la dirección de orquesta mundial que se ha consolidado entre los valedores habituales del ciclo de la Orquesta Nacional de España. Y que ha cimentado la relación desde presupuestos muy originales. Nada de cocina rápida o de música prêt-à-porter. El maestro angloamericano -de origen japonés- hace las cosas con sentido. Les otorga una credibilidad artística. Se esmera, y frecuenta terrenos poco habituales entre sus colegas. Empezando por su énfasis en la ópera contemporánea, aunque es verdad que «Die Bassariden» (Las bacantes) de Hans Werner Henze, protagonista en el desenlace de la temporada, tiene más de clásica que de contemporánea. Porque su escritura original se remonta a 1964, porque ya fue un éxito en su estreno salzburgués (1966), y porque ha logrado arraigarse en el repertorio. Semejante asimilación no quiere decir que la ópera sea fácil ni que pueda tararearse en la ducha. Lo que sí tiene sentido es interpretarla en versión de concierto, pues el propio compositor germano le concedió una estructura sinfónica, hasta el extremo de poder desglosarla en cuatro movimientos.