COLORES Y RECUERDOS

La fe de Messiaen, y su memoria, prevalecieron siempre sobre su música. El hecho musical a través del prisma teológico. Se definía a sí mismo como teólogo, ornitólogo y, ya por último, compositor. Su Himno al Santísimo Sacramento se perdió en el París ocupado de la Segunda Guerra Mundial, pero él lo reconstruyó a base de recuerdos y sensaciones, para que pudiera estrenarse en Nueva York, redescubriéndonos maravillosos colores que, junto a Les offrandes oubliées, L'ascension y Le tombeau resplendissant conformaron y confirmaron a un jovencísimo genio. Como Messiaen, el compositor gallego Fernando Buide también se ha formado como organista. De hecho, estrena aquí su Concierto para órgano y orquesta, pensado específicamente para el instrumento del Auditorio Nacional. Sin solución de continuidad y en sus propias palabras, la obra presenta «una suerte de variaciones o glosas que, partiendo de un sencillo tema (cuyo origen se puede emparentar con los tientos barrocos para órgano ibérico), permite a órgano y orquesta establecer un diálogo». Expresiva como entusiasta, Dukas desarrolla una Sinfonía en do que completa el programa con una rica y sutil paleta de colores.