El planteamiento de la temporada de David Afkham persevera en un repaso enciclopédico del gran repertorio. Sin discriminaciones temporales ni precauciones totémicas, pues ocurre que el maestro germano ha incluido el atrevimiento de la «Pasión según San Mateo». Hablar de la obra de Bach implica incurrir en limitaciones. Y no tiene limitaciones ni límites la obra de Bach. Ha sobrepasado las coordenadas convencionales del espacio y del tiempo. Bach, de hecho, es una gloria del Barroco en la acepción temporal del movimiento artístico (1600-1750), pero la «Pasión» demuestra que la música barroca puede ser al mismo tiempo una música muy poco barroca, desprovista de arabesco y de retórica. La explicación es tan elemental como la línea, la raya, que diferencia la Reforma de la Contrarreforma, concebida esta última desde Trento y la Iglesia de Roma para oponer a la sobriedad protestante la sugestión teatral de una estética exuberante. Llegar a Dios por los sentidos, que es un camino. El otro es aspirar a hacerlo peldaño a peldaño por la escalera de Bach. ¿Y si Dios existiera?
Nuria Rial, soprano, cancela su participación por enfermedad. Será sustituida por la soprano Sylvia Schwartz.