Masaaki Suzuki representa un caso asombroso de nuestro tiempo porque se ha convertido en legítimo heredero de Bach desde presupuestos remotos. Y lo ha hecho en un territorio tan lejano de Leipzig como Japón, recreando un hábitat de impresionante fertilidad artística y de referencia musicológica. Sería un error confundirlo con un imitador o como un prodigio mimético. Lo que impresiona de Suzuki, al contrario, es hasta cuánto y hasta dónde resultan genuinas sus versiones de las cantatas, de las misas, de los conciertos. Suzuki, natural de Kobe y calvinista de religión en la idiosincrasia protestante, habla en nombre de Bach como si hubiera sido uno de sus 20 hijos. Y ese mismo linaje le permite proyectarse en Mendelssohn, que fue músico en Leipzig y que desempeñó un papel decisivo, determinante, en la rehabilitación de Bach como gran patriarca de la música occidental, fuera del espacio y del tiempo. Suena, resuena a Bach el oratorio «Elías». Se ocupará de demostrarlo Masaaki Suzuki, entre la erudición y el instinto, el pudor musicológico y la creatividad interpretativa. Un acontecimiento.
El bajo británico Davis Soar sustituirá al bajo barítono Neal Davies que ha cancelado, por enfermedad, sus actuaciones con la Orquesta y Coro Nacionales de España.
