Una misa, no una ópera

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Sinopsis

Termina la temporada con un «Réquiem». Puede que el más teatral de los escritos, pero no el más operístico. Conviene tener presente el matiz porque la obra de Verdi, concebida entre el silencio de «Aida» y «Otello», está escrito desde la definición ortodoxa de una misa de difuntos. Y desde una piedad y de una aflicción que contradicen los alardes vocales al uso en muchas versiones sobreactuadas. Empezando por la tentación del «Ingemisco». Se supone que el tenor debe atenerse a la humildad de las palabras, «gimo como un culpable, mi rostro enrojece de vergüenza», pero ocurre que, no reparando en ellas, termina sometiéndolas a una suerte de aria heroica. Es uno de los peligros del «Réquiem». Desnaturalizarlo en un espectáculo. Transformarlo en una ópera de concierto. Otorgar al coro superpoderes «decibélicos». Por eso le conviene a esta clausura de la temporada el escrúpulo de David Afkham y su audacia en la lectura entre líneas. El «Réquiem» de Verdi respira entre los silencios -hay que escucharlos- y agoniza en los últimos compases.

 

AVISO: Camilla Nylund y Veronica Simeoni se han visto obligadas a cancelar su actuación y serán sustituidas por la soprano Aga Mikolaj y la mezzosoprano Marina Prudenskaya. 

Intérpretes

Repertorio

Autor Pieza
GIUSEPPE VERDI
Réquiem

Programas de mano

Entradas

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