Evento finalizado
La diosa Fama fue caracterizada por los antiguos como caprichosa, capaz tanto de relegar al olvido gestas mayúsculas como de regalar la inmortalidad a unos pocos elegidos, no siempre de forma ejemplar. Las famas del alicantino Óscar Esplá y del suizo Frank Martin han permanecido semiocultas bajo las inmensas sombras de Manuel de Falla e Ígor Stravinski, respectivamente. Un relativo anonimato debido más bien por «haber llegado después», pues en ambos casos estamos ante una producción que exuda inspiración y musicalidad en cada pentagrama.
No es un secreto que las tres últimas sinfonías del checo Antonín Dvořák son la cima de su producción sinfónica, pero a veces incluso esta certeza queda eclipsada por la inmensa popularidad de la última de ellas. Entre la sombría Séptima y la épica Novena se sitúa la pastoral Octava, una corriente de aire fresco que reafirma el sustrato beethoveniano de su autor, pero lo distingue con un colorido y un lirismo muy particulares que alcanzan su expresión más memorable en su arrebatador scherzo.
Autor | Pieza |
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Óscar Esplá
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El sueño de Eros, poema sinfónico [16’]
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Frank Martin
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Concierto para siete instrumentos de viento, timbales, percusión y cuerda [22’]
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Antonín Dvořák
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Sinfonía núm. 8 en Sol mayor, op. 88 [34’]
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