LA GRAN BELLEZA

Toda una vida. No importa en qué forma, ni dónde, ni cómo, pero junto a Bach. Toda una vida estuvo el de Eisenach componiendo el que sin duda es uno de sus grandes legados: la Misa en si menor. Y esto es decir mucho, tanto como para ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Paradigma entre para- digmas, consagrarse a la Misa en si menor es entregarse directamente a Dios y, por encima de este, a la música. A la perfección de su forma, al estudio de la tradición, a la sublimación de lo coral. Durante 25 años estuvo Bach creando sus diferentes secciones, ampliándola a través de sus propios impulsos e inspiraciones, hasta que le alcanzó la muerte. Creó así un todo tan heterogéneo como homogéneo, con sublimes simbolismos y figuras (ya saben, la retórica del Barroco) que conformaron una verdad universal como es Bach en sí mismo. Vuelvo al bolero: ansiedad, angustia, desesperación… pero toda una vida.