El Festival Otoño de Varsovia se consolidó en los años sesenta como uno de los principales escaparates de la vanguardia musical al otro lado del telón de acero. Allí, compositores polacos como Lutosławski —o el más joven Wojciech Kilar— exhibieron perfiles tan vehementes como heterodoxos, ajenos tanto a los dictados del realismo socialista como a los dogmas del serialismo occidental: el Concierto para violonchelo (1970) de Lutosławski, escrito para Mstislav Rostropóvich, lo hizo introduciendo diversos grados de indeterminación; Krzesany (1974), por su parte, con una cruda reinvención del folclore montañés de la región de Podhale.
El éxito de El pájaro de fuego se vislumbraba ya desde los ensayos —«Fíjate bien en él —advirtió Diáguilev—, es un hombre en vísperas de la celebridad»—, aunque nadie imaginaba que aquel estreno parisino de 1910 sería solo el primer paso de una carrera que convertiría a Ígor Stravinski en el artífice de algunas de las revoluciones musicales más influyentes del siglo XX.
Autor | Pieza |
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Wojciech Kilar
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Krzesany [17’]
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Witold Lutosławski
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Concierto para violonchelo [24’]
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Ígor Stravinski
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El pájaro de fuego, suite [31’]
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