Evento finalizado
Es bien conocida la devoción que Bruckner profesó a Richard Wagner a lo largo de toda su vida. Menos conocida, la de Alma Mahler –quien, por cierto, no sintió mucha estima por la música de su marido– no le fue a la zaga. Aunque escasa, su producción liederística –unas 17 canciones en total– reúne una notable nómina de poemas firmados por nombres señeros del momento, como Reiner Maria Rilke y Richard Dehmel.
Hasta 1884, el nombre de Bruckner era desconocido para la mayor parte de los melómanos austríacos y alemanes. El destino decidió que la fama le tocase con 60 años, y así, tras las triunfales presentaciones de su séptima sinfonía en Leipzig, Múnich y Viena, se convirtió de la noche a la mañana en el compositor sinfónico del momento. La clave de este éxito se cifró posiblemente en una de las virtudes que menos relacionamos con la obra de Bruckner: la amplitud e intensidad de las melodías que –trascendiendo los modelos wagnerianos en los que se inspiró– atraviesan cada uno de sus movimientos.
Autor | Pieza |
---|---|
Alma Mahler
|
Siete canciones (orq. de David y Colin Matthews) [25’]
|
Anton Bruckner
|
Sinfonía núm. 7 en Mi mayor (ed. Nowak) [64’]
|
No disponibles