Evento finalizado
En sus Hojas de hierba, Walt Whitman cantó al cuerpo, al alma y a la naturaleza, plasmando en sus versos una visión optimista del mundo en la que la humanidad se guía por el esfuerzo, el afán de conocimiento y el espíritu de aventura. Es inevitable pensar que, al seleccionar los pasajes marinos de este inmenso texto –los que aluden a las olas, los navíos y los exploradores–, Vaughan Williams identificó esta feliz visión del destino humano con el imperialismo británico, pero en ningún caso esta analogía empaña la belleza original de los versos originales o de las imágenes sonoras de la obra.
El Imperio británico sobrevivió, efectivamente, a la gran trituradora de imperios –alemán, austríaco, ruso, otomano– que fue la Gran Guerra, aunque nada volvió a ser igual. Los supervivientes del cataclismo condenaron la obra del ya añoso Elgar, por romántica y por habitar fuera de su tiempo, sin sospechar que solo él sería capaz de mostrar musicalmente –a través de su otoñal e imperecedero Concierto para violonchelo– estas heridas en toda su desoladora profundidad.
Autor | Pieza |
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Edward Elgar
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Concierto para violonchelo en Mi menor, op. 85 [30’]
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Ralph Vaughan Williams
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Sinfonía núm. 1 «Una sinfonía marina» [63’]
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No disponibles
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