Sinfónico 13

Revisor de los cuartetos de Schumann a petición de su viuda Clara y director de orquesta de proyección internacional, el madrileño Enrique Fernández Arbós rindió tributo a su compañero de juventud Isaac Albéniz orquestando entre 1907 y 1925 –y dirigiendo por todo el mundo, desde San Petersburgo a Boston– hasta cinco piezas de su suite Iberia. Con más de un centenar y medio de obras españolas –entre encargos y estrenos– en su haber, Fernández Arbós compartió con Manuel de Falla el empeño de situar la música española en el tablero internacional. Una labor que sin duda preparó el terreno para que la obra de este gaditano universal –o, posteriormente, la de Joaquín Rodrigo– se hiciera un hueco, sin complejos, en el lugar que les corresponde en los auditorios y en los libros de Historia de la Música en todas las lenguas. Frente al inevitable andalucismo de tantas obras extranjeras de temática española, Richard Strauss abordó el mito de Don Juan desde la premisa del lenguaje orquestal innovador, desenfadado y específicamente germánico que caracterizó sus primeros poemas sinfónicos. Una obra que –como no podía ser menos por parte de un músico perteneciente a su misma generación– también subió al atril del protagonista de este programa: Enrique Fernández Arbós.