«Las ataduras de la muerte nos atraparon, el miedo al Infierno nos sacudió» recita el tenor en el núm. 6 de esta sinfonía-cantata de Felix Mendelssohn. Poco después, la soprano anuncia el fin de las tinieblas en un memorable estallido orquestal. Habría que forzar mucho la letra para leer en las «ataduras» y el «Infierno» de este versículo del salmo 116 un confinamiento domiciliario y una pandemia, respectivamente. Pero, haciendo abstracción del componente estrictamente religioso, pocas obras podrían ser más adecuadas para clausurar esta temporada. Comparada a menudo con la novena sinfonía de Beethoven por su estructura, este «Himno de alabanza», compuesto en 1840 para conmemorar el cuarto centenario de la imprenta de Gutenberg, exhibe una personalidad enteramente propia. El autor habría perseguido unificar mensaje y contenido musical de forma harto audaz, pues sus principales motivos instrumentales y vocales derivarían todos de la musicalización del texto «Alles, das Odem hat, lobe den Herrn!» («¡Todo aquello que respira, alabe al Señor!»). Solo nos queda desear que el inicio de la próxima temporada se realice en condiciones que nos permitan celebrarlo con un sentimiento semejante de gratitud.
