La nueva partitura, encargo de la OCNE, será interpretada bajo la dirección de Gemma New los días 7, 8 y 9 de noviembre, junto a obras de Aaron Copland, George Gershwin y Nikolái Rimski-Kórsakov
El cuarto concierto del Ciclo Sinfónico incluirá el primero de los cuatro estrenos absolutos de esta temporada, la obra de Carme Fernández Vidal Se sueña que se está soñando. Inspirada en una reflexión del filósofo Eugenio Trías en torno a la música, la compositora mallorquina ha creado una obra centrada en la relación que el pensador establece entre la idea de la música como medio capaz de intensificar la vivencia del presente con la experiencia de “soñar que se está soñando”. Una composición de contrastes guiada por una variada sucesión de indicaciones agógicas y expresivas —tal y como señala el profesor y musicólogo Rafael Fernández de Larrinoa—, que transmiten una narratividad casi mahleriana, pero cuyos secretos solo quedarán desvelados tras la escucha.
El resto del programa estará conformado por tres obras del gran repertorio. La primera de ellas es la suite Primavera apalache, de Aaron Copland, en su versión de 1945, compuesta tras el éxito del ballet encargado al compositor por la compañía Martha Graham. A continuación, la OCNE junto al pianista Juan Floristán —quien debutará en el Ciclo Sinfónico—, interpretará la célebre Rhapsody in Blue, del compositor estadounidense George Gershwin. Dos obras que encumbraron a sus autores tras el gran reconocimiento del público. Finalmente, cerrando el concierto, se interpretará el Capricho español, op. 34, de Nikolái Rimski-Kórsakov, obra inspirada en unas melodías populares extraídas de la antología Ecos de España de José Inzenga que el compositor adquirió en una corta estancia en Cádiz durante su etapa de juventud al servicio de la marina rusa.
El programa se enmarca en la tercera línea temática de la temporada, “Lugares e historias”, una invitación a recorrer parajes donde las historias han quedado grabadas en forma de monumento o leyenda. Viaje que, en esta ocasión, recorrerá los paisajes rurales de Estados Unidos en La primavera apalache, la gran ciudad en la obra de Gershwin y concluirá en la visión exótica de la España imaginada por Rimski-Kórsakov en su Capricho español.
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