Anja Bihlmaier regresa a la Orquesta Nacional de España para dirigir el próximo fin de semana tres obras que tuvieron el poder de cambiar el rumbo de la vida de sus autores: Samuel Coleridge-Taylor, Serguéi Rajmáninov y Béla Bartók. Los traumáticos acontecimientos que sacudieron Europa durante la primera mitad del siglo XX provocaron que Estados Unidos - inicialmente tierra de oportunidades para los músicos europeos- se convirtiera finalmente en tierra de acogida y de exilio.
El programa está compuesto por Balada en La menor, op. 33 del británico Coleridge-Taylor, Concierto para piano y orquesta núm. 2 en Do menor, op. 18 de Rajmáninov y Concierto para orquesta, Sz. 116 de Bartók. Los conciertos tendrán lugar los días viernes 7, sábado 8 y domingo 9 de febrero en el Auditorio Nacional de Música y contarán con la participación del pianista Behzod Abduraimov como solista invitado.
Casi cuatro décadas separan la primera gira por los Estados Unidos del británico Samuel Coleridge-Taylor del establecimiento de los Bartók en este país. De por medio, el ruso Serguei Rajmáninov recorrió ambos caminos, primero con la gira efectuada en 1909-1910, y más tarde como exiliado en 1918.
Coleridge-Taylor y el ruso Rajmáninov efectuaron exitosas giras por los Estados Unidos a lo largo de la primera década del siglo XX: el primero –conocido en Nueva York como «el Mahler africano», debido a su raza–, había estrenado ya su Balada en La menor en el Three Choirs Festival de 1896 gracias al apoyo de Edward Elgar, quien lo consideró «con diferencia, el más dotado entre los jóvenes compositores»; el segundo debutó como pianista en los Estados Unidos en 1909, ofreciendo su Concierto para piano núm.2.
Béla Bartók, por su parte, estrenó en 1943 su Concierto para orquesta con la Sinfónica de Boston, obra con la que el húngaro adaptó su peculiar universo sonoro de acuerdo con una estética decididamente «americana».