SOBREVIVIR

Una de las oberturas más fantasiosas, coloristas y vertiginosas de todo el repertorio operístico nos da la bienvenida: Ruslán y Liudmila, un cuento de hechiceros, princesas y guerreros con música de Glinka, que vuelve a encontrar inspiración en Pushkin (aunque este falleciera en un duelo, antes de poder escribir el libreto). A continuación, uno de los mejores conciertos para violín, compuesto por uno de los mejores violinistas: Henryk Wieniawski y su exuberante, rítmico y caluroso Segundo, dedicado a Sarasate. Shostakovich saltando por la ventana, siendo llamado a filas una vez más. Su Sinfonía núm. 11 recoge el atroz Domingo Sangriento de 1905, donde cientos de manifestantes fueron acribillados a las puertas del Palacio de Invierno. Para el propio compositor, no obstante, su música hablaba también sobre la actualidad, que no era otra que la Revolución húngara de 1956 contra la Unión Soviética. La música como crítica, aunque sea velada, como escapatoria al mismo tiempo. La exaltación de los valores y el réquiem por los caídos, por lo perdido. Resurgir aquí también… y sobrevivir.