JUVENTUD EN FLOR

Un concierto endiablado. Un tour de force para cualquier pianista. Un arrebato de color y fuerza que explosiona en la partitura de Prokofiev. En su Tercero se oyen las chispas de un piano aparentemente desbocado que, sin embargo, es la elegancia hecha música. Frenético. Violento. Brillante. Volar  mientras todo  estalla. «La juventud floreciendo», que escribió su amigo el poeta Konstantin Balmont al escucharlo. Un demoledor soliloquio de clarinete sobre timbales nos sumerge de lleno en la juventud de Sibelius y su Primera sinfonía. Un nuevo nacionalismo, un nuevo camino para la forma sinfónica que nace a la par de su conocida Finlandia, con ecos tchaikovskianos y cierta mirada puesta en Berlioz, reclamando ya a sus 33 años un lugar propio en el panorama musical internacional. ¡Y vaya si lo consiguió!